El anuncio de Ikea para la Navidad de 2018 no es que sea bueno, es … lo siguiente; si eres de los pocos que todavía no lo han visto, pincha aquí para verlo y luego continúas con el texto.

El sábado tuvimos comida familiar, en la sobremesa alguien lo comentó y aunque la mayoría lo conocía, fue unánime el deseo de verlo. Al acabar, emoción generalizada; algunas lágrimas habían corrido por varias mejillas. La tertulia continuó centrada en el contenido y mensaje que transmite. Hubo quien sacó el móvil, lo buscó y difundió entre sus contactos sobre la marcha, precisamente lo contrario de lo que se propone al final del vídeo. El impacto emocional mueve, dispone, pero no es suficiente; hay que aplicar el esfuerzo personal para aterrizar e incorporar las ideas que nos parecen buenas.

Está muy bien hecho, es actual, toca un tema interesantísimo y… le sobran los siete últimos segundos; ahí es donde naufraga y decepciona. Justo hasta ese momento consigue un clima que lleva al espectador a sacar un propósito, sin que se lo sugieran: la necesidad de dedicar tiempo a quienes están a tu lado, de hablar y escuchar. Pero han querido añadir dos textos que es donde tiran por tierra todo lo anterior. En uno nos dicen que las redes sociales nos perjudican (desconecta); y en el otro que la solución es prescindir temporalmente de ellas (del 24 al 1). Pues lo siento, pero me recuerdan aquellos amigos que fueron a ver el Museo del Prado y, a la salida, uno de ellos comentó: “¿os habéis fijado cuánto polvo tienen los marcos de los cuadros?”. Nada que ver el contenido con la conclusión.

Si las redes sociales nos perjudican, no me diga Vd. que las va a desconectar durante una semana; si son malas, deje de usarlas. Porque de lo contrario se parece a los supermercados cuando empezaron a cobrar las bolsas de plástico, aludiendo que así contribuían a preservar el medio ambiente; mire Vd. si las bolsas de plástico son malas, no las oferte, ni gratis ni pagando, o entenderé que Vd. quiere recaudar más dinero y se saca una excusa que entra bien. Si quiere darle vacaciones a los que llevan las redes sociales, no me diga que lo hace porque así me ayuda a tener más conversaciones en familia.

Podemos considerar si las redes sociales son perjudiciales o si lo perjudicial es el mal uso que hacemos de ellas. En ese caso vamos a encarar el problema de otra manera, porque la tecnología ha venido para quedarse. De la misma forma que distinguimos entre consumo y consumismo; al primero lo vemos como algo positivo porque resuelve necesidades de las personas y mantiene la economía, al segundo como algo negativo. Y no por eso los centros comerciales proponen cerrar durante la Navidad y así facilitarnos evitar el mal uso del dinero.

Ante el reto que nos plantean las redes sociales, tenemos cuatro alternativas como sucede con otras innovaciones que surgen de continuo: aislarnos, acoplarnos a su propuesta, combatirlas para eliminarlas o formarnos para usarlas correctamente, aprovechando lo mucho bueno que tienen. El anuncio apuesta por la primera, mi propuesta es la última.

Mi admiración por Ikea es anterior al vídeo que comentamos y de verdad que les felicito por la difusión que está teniendo, señal de que han acertado en el tema y en cómo lo tratan; pero eliminaría los mensajes escritos del final y dejaría el logo sobre la escena de la cena familiar, tan animada que ella sola transmite un mensaje tremendamente positivo: en estos días de Navidad y siempre, con redes o sin redes sociales, sepamos dedicar tiempo a escuchar y compartir con quien está a nuestro lado.

Rafael Dolader – vidaescuela.es – @rdolader