Una mañana de primavera, de esas que en Madrid son limpias y frescas, regresé al colegio después de resolver unas gestiones. En el trayecto desde el aparcamiento a la entrada, me crucé con Luis Mª, un profesor joven con el que tenía confianza. Me levantó el dedo índice de la mano derecha, gesto que interpreté como “un momento por favor”. Oye Rafa ¿tienes prisa? Pues no, nada especial. Entonces ¿por qué vas tan rápido? Y cuando nos despedimos, hice el esfuerzo de continuar andando más despacio.

Eso sucedía en 2001, por entonces Luis Mª estaba soltero. Hoy es un veterano profesor, muy querido en el colegio, padre de cuatro hijos. Y en mí tiene un incondicional, que le está muy agradecido por aquella observación que la he tenido muy presente y me ha servido de mucho.

En octubre pasado estuve en Roma, en un encuentro de escuelas europeas. Una de las tardes, fuimos a rezar a la Basílica de San Pedro. En la primera capilla que te encuentras a la derecha, se puede admirar “La Piedad” de Miguel Ángel. A continuación, en la segunda capilla, puedes rezar ante la tumba de San Juan Pablo II; sigue después la capilla del Santísimo con el sagrario monumental de Bernini, las reliquias de San Juan XXIII, la estatua de bronce de San Pedro, el baldaquino de Bernini…

Y ahí, después de haber cumplido todas las mandas que llevaba, mientras esperaba al resto del grupo al inicio de la nave, volví a recordar a Luis Mª y su consejo. Me vi reflejado en aquellas gentes que entraban precipitadas, deslumbradas por lo que descubrían, que se movían con prisa en su afán de llegar a todo. No es suficiente con ver, hay que mirar despacio, con serenidad, para descubrir la belleza que guardan las cosas. Las prisas nos llevan a la rutina, que convierte el paisaje que nos rodea en algo monótono, donde difícilmente vemos algo resaltable.

Una lástima entrar con prisas en San Pedro y, nada más entrar, perderse la contemplación de la belleza que desprende La Piedad. Allí se necesita un Luis Mª, que como a mí, levante el dedo índice de la mano derecha y pregunte a cada uno ¿dónde vas tan rápido?

Rafael Dolader – vidaescuela.es – @rdolader

7/06/23