Me alegro por mis amigos

Me alegro por mis amigos

El 4 de marzo de 2016 el diariolagrada.com publicó una noticia titulada “Increíble carta de un niño perico de 12 años a Gerard Piqué”, en la que un chaval del Espanyol, escribe una carta a Gerard Piqué, jugador del Barça: Yo soy del Espanyol, pero siempre quiero que gane el Barça, porque todos mis amigos son del Barça y si gana el Barça ellos están contentos y yo quiero que mis amigos estén contentos, porque son mis amigos. pincha aquí para leer la carta

El recuerdo de aquella noticia me acompaña éstos días, porque he podido compartir con amigos la alegría de que el Barça sea campeón de Liga y de Copa, el Atléti campeón de Europe League y ayer, el Madrid campeón de Champions League.

Hoy por ser un domingo tranquilo, le he dedicado un poco de tiempo a repasar portadas de periódicos, también algunos deportivos. Me llama la atención uno de ellos con ésta relación de primeras noticias:

1.- Bomba Cristiano: No puedo asegurar que vaya a estar el año que viene en el Madrid

2.- La bofetada de Puyol a la directiva del Barça tras la decimotercera del Real Madrid

3.- Contundente respuesta de Florentino Pérez a Cristiano Ronaldo

4.- Cristiano Ronaldo agranda su crisis con el Real Madrid

5.- La brutal guerra de tuits entre Arbeloa y Manolo Lama

6.- El mensaje de Sergio Ramos que aún enciende más a los egipcios

7.- Bale también se quiere ir del Real Madrid

8.- El codazo de Ramos a Karius que pudo cambiarlo todo

9.- Quién es Loris Karius, el “héroe” de la decimotercera

10.- Crisis interna en el vestuario del Real Madrid por Cristiano Ronaldo

Sólo con leer los titulares de corrido, a uno le entra pánico: bomba, bofetada, crisis, guerra, codazo… No hay resquicio para el optimismo.

Posiblemente, si el niño perico de la carta a Piqué lee la portada de éste periódico, echará en falta la alegría de que haya ganado “otro equipo” que no es el mío; pero claro, es que ni siquiera dice que ha ganado.

Tengo un amigo que le dedica tiempo y esfuerzo a promocionar los valores a través del deporte; lo hace en persona en todos los ámbitos que puede y también a través de un blog muy seguido: https://deporteconvalores.com/

Comparto inquietudes con él, aunque mi colaboración consiste en apoyarle y animarle, como pretende ser este escrito. Tenemos mucho recorrido por delante, y el día que los periódicos deportivos nos echen una mano, avanzaremos mucho más rápido. Desde luego, las ganas y el optimismo no nos van a faltar.

Ah! y felicidades a los seguidores del Real Madrid por un nuevo triunfo; os lo dice uno del Real Zaragoza, aunque ya no tiene 12 años como el chaval perico.

Rafael Dolader – vidaescuela.es – @rdolader

Aquel tipo me alegró el día

Aquel tipo me alegró el día

Ángel nos hablaba con frecuencia de su afición a disparar con arco, algo que había podido hacer pocas veces. Pero alimentaba su ilusión con lecturas, vídeos y cualquier información que caía a su alcance; luego lo comentaba en las tertulias, escenificaba posturas y nos hacía disfrutar como si de verdad tuviera uno entre sus manos.

Se acercaba la celebración de las bodas de plata de su matrimonio con Cristina; en la cuadrilla empezamos los preparativos y, entre otras cosas, decidimos regalarle un arco y algunos complementos. El sábado por la mañana, con Paco y Jesús nos acercamos a una tienda que nos habían aconsejado, donde podríamos encontrar lo que buscábamos. En realidad, no sabíamos lo que queríamos, porque ninguno de los tres tenía ideas claras al respecto.

Encontramos una sección dedicada a ese deporte; en aquel momento, un joven con pinta de poca experiencia en la vida en general y en los arcos en particular, ordenaba las estanterías. Para despejar las dudas le preguntamos si era de la sección, no fuera el chico de los recados que pasaba por allí. Con mucha amabilidad se ofreció a ayudarnos en lo que necesitáramos. Pronto se dio cuenta de que, a pesar de nuestros esfuerzos, ni entendíamos ni sabíamos lo que queríamos. Nos dedicó tiempo, paciencia, explicaciones y una sonrisa permanente; puso en nuestras manos distintos arcos y flechas; nos ilustró sobre los diferentes materiales con sus ventajas e inconvenientes. Preguntó por nuestro amigo: edad, experiencia, tiempo que le podría dedicar; se hizo cargo de la situación exacta y concluyó con unos consejos sobre lo que le podría interesar, el equipo adecuado para iniciarse, lugares donde podría practicar, progresión que podría hacer con otros materiales y costes que asumiría, si se consolidaba en la afición.

Salimos con el regalo adecuado, convencidos de que lo mejor que nos había pasado era tropezarnos con aquel joven con pinta de poca experiencia, que resultó ser un buen chaval y gran profesional. Por la tarde, al pensar en cómo nos había tratado, me di cuenta de que aquel tipo me alegró el día.

A ti que lees este texto, seguramente te habrá pasado algo parecido en algún momento. O a lo mejor eres tú una de esas personas.

Hay más casos, por ejemplo, el camarero de la escena que dejo a continuación, otro joven con pinta de no tener experiencia en la vida: que sirva de homenaje a los tipos que con su trabajo alegran el día de los demás.

Que la disfrutes..

Rafael Dolader – vidaescuela.es- @rdolader

http://decine21.com/Peliculas/Las-nieves-del-Kilimanjaro

 

 

Correr de madrugada

Correr de madrugada

He dedicado un rato a ordenar escritos ya publicados y me encuentro con este de 2018, en el que reflejo la experiencia de salir a correr a primera hora de la mañana de un domingo de invierno.

«Ayer fue un sábado repleto de excusas que llenaron todas las horas del día, sin dejar hueco para salir a correr.

Me acosté con el propósito de poner remedio a la mañana siguiente, para evitar que el fin de semana acabara en debacle. Hoy me despierto cuando todavía es de noche, pero no doy tiempo a que el cuerpo plantee nuevas estrategias dilatorias. En cuanto las primeras luces del alba lo permiten, salgo a la calle confiado en que la temperatura será buena: primer error. Doy los primeros pasos desperezándome y me paro a dibujar una silueta sonriente en el parabrisas de un coche cubierto de hielo; la cara se queda rígida, los dedos helados, empiezo a rodar suave con la capucha cubriendo la cabeza y las manos escondidas en las mangas.

Dejo el asfalto y avanzo por el camino de tierra hacia el campo. Llegan las primeras cuestas, subo despacio, no hay prisa, paso a paso respirando hondo, noto el latir del corazón que reparte calor por todo el cuerpo. Fin de la rampa, sobra ropa, me quito el cortavientos y lo ato a la cintura.

El camino serpentea entre la hierba cubierta de escarcha, al fondo la ciudad se recorta en el horizonte, iluminada por un tibio sol difuminado con la bruma. Ahora entre los pinos y cuesta abajo, la zancada se alarga entre las sombras, noto el frío y vuelvo cubrir para mantener la temperatura.

Durante un buen rato se alterna el sudor en la subida y el frío en la bajada, quitar ropa y poner ropa, con las fuerzas y las ganas que no siempre van a la par. Salgo de la zona de pinos, la luz del día ya es completa, el sol empieza a calentar y la hierba desprende el vapor de la escarcha que se vuelve al cielo hasta mañana.

El ritmo se ha hecho fijo, las piernas marcan la cadencia del paso suelto, los brazos acompañan el esfuerzo, el corazón y la respiración se compenetran, disfruto del último tramo que me lleva en cuesta hasta la meta. Hay allí una zona apropiada para estirar y me quedo un rato con los ejercicios. Ya está, recuperado y a punto de regresar, me doy la vuelta para contemplar de nuevo la maravilla que la naturaleza me regala ¡gracias Dios mío! y mientras fijo la mirada en el sol, desde el interior brota bajito la estrofa con aire de jota: cuando acabe de correr, asómate aunque sea de madrugada, que a un corredor no le da miedo, que le dé el sol a la cara!»

Rafael Dolader – vidaescuela.es -@rdolader

¿Y de qué año es la peli?

¿Y de qué año es la peli?

El viernes después de la cena propusieron ver una película. Me quedé por compromiso más que por interés; tenía previsto hacer otras cosas antes de acostarme, pero me pudo más la buena voluntad de acompañar a quienes disfrutan con el cine, por aquello de compartir con los demás sus buenos momentos.

Quizás por esas contradicciones internas, me costó centrarme en lo que estaba y los primeros minutos pasaron con el cuerpo presente en el salón, pero con la cabeza ausente como diciendo: pero ¿qué hace un chico como tú en un sitio como éste? ¡con la de asuntos que tenía que hacer!

Sin embargo, las imágenes y diálogos que me llegaban, al principio como una madeja enredada que no entendía ni hacía por entender, poco a poco fueron soltando un hilo continuo que construía un relato visual y sonoro atractivo; hasta tal punto me sedujo, que al cabo de 115 minutos me sorprendí de pie en el corro a punto de despedirnos, comentando dudas y afirmaciones, enfoques y planos, personajes y situaciones. Y con una decisión interior que mi orgullo me impedía manifestar en aquel momento ¡la volveré a ver!

Durante estos días he compartido el descubrimiento con quien se pone a tiro y, con frecuencia, me han cortado para hacer la misma pregunta: pero ¿de qué año es la peli? Y al dar el dato casi siempre una reacción parecida: una mueca de desinterés, un resoplido de pasodeltema. Vaya, que lo bueno es lo de esta mañana, lo de ayer y no estires mucho más el chicle. Imagina cuando les decía que es de 1995, dan un paso atrás y te miran de arriba abajo ¡qué antigua!

Pues me da que ni la novedad ni la antigüedad es garantía de calidad ni de su contrario. Lo bueno permanece porque es bueno, en el cine, en el teatro, en la música, en la literatura o en las personas. En general, uno se acuerda de los momentos buenos de su vida, los malos se diluyen en el tiempo y desaparecen. Sin embargo, vivimos momentos de inmediatez, se nos escapa el presente esperando el futuro. Por eso, qué interesante pararse de vez en cuando a leer despacio, a contemplar la vida desde la ventana, a conversar metido en el otro, a ver una película completa. De esta forma nos preparamos para distinguir el grano de la paja, lo duradero de lo efímero, a disfrutar de lo que permanece envuelto en el tiempo y sigue despidiendo el aroma de lo bueno al cabo de uno, diez, cien o mil años.

Por cierto, la película se titula “Smoke” y te dejo un enlace a una buena crítica de Jerónimo José Martín, que te la cuenta como quien sabe. Y si te animas a verla, espero la disfrutes.

Rafael Dolader – vidaescuela.es – @rdolader

Pincha aquí para leer la crítica de la película

Educar en el esfuerzo

Educar en el esfuerzo

A vueltas con el asunto de cómo educar a los hijos en el esfuerzo, leía un artículo sobre la actitud de algunos padres «protectores», que perjudica a los hijos y dificulta su desarrollo. Encuentro éste vídeo, que resume el mismo mensaje con una lección de la vida misma.

Si es que podemos aprender de todos ¡incluso de los osos! Que lo disfrutes

Rafael Dolader – vidaescuela.es – @rdolader

Pincha aquí para ver el vídeo